domingo, 7 de agosto de 2011

SER ETICO PROFESIONALMENTE

ÉTICA PROFESIONAL
La ética profesional puede definirse como la ciencia normativa que estudia los deberes y los derechos profesionales de cada profesión. También se le llama Deontología. Al decir profesional no solo se refiere a que la ética es solo para quienes tienen un cartón o son profesionales, sino que esta en especial va destinada especialmente a las persona que ejercen una profesión u oficio en particular.
La ética profesional tiene como objeto crear conciencia de responsabilidad, en todos y cada uno de los que ejercen una profesión u oficio, esta, parte del postulado de que todo valor esta íntimamente relacionado con la idea de un bien.
La ética profesional se sustenta o toma bases fundamentalmente en la naturaleza racional del hombre. Esta naturaleza es espiritual y libre, por consiguiente tiene una voluntad que apetece al bien moral. Haga el bien y evite el mal.
La profesión es una capacidad cualificada requerida por el bien común, con peculiares posibilidades económico-sociales. El profesional no tiene el carácter de tal por el simple hecho de recibir el titulo que lo certifica o le da la cualidad de profesional, nadie es profesional por el titulo en si, el titulo lo único que expresa es su calidad de ser ya un profesional, mas no que tiene todas las cualidades éticas para serlo, el titulo profesional mas aya de ser un ALGUIEN es la manifestación intrínseca de lo que internamente se lleva , no por la naturaleza de la persona sino por sus cualidades éticas, como la idoneidad o aptitud que le da un nuevo perfil a su personalidad.
El ser profesionales dignos representa la excelencia, gravedad, decoro que tiene la persona y el respeto consigo mismo
Ahora bien, nosotros como futuros Contadores Públicos, debemos acatar la ética como opción de vida, por el solo hecho de tener fe pública. Nuestras decisiones están respaldadas por las demás personas que creen fielmente en nosotros y en nuestra palabra. Por ello debemos seguir los principios básicos que nos competen como son:
  1. La integridad
  2. Objetividad
  3. Independencia
Qué debo hacer para ser ético profesionalmente

Tentaciones para no aplicar la ética dentro del trabajo
El valor de ser persona
El “valor de ser persona” viene aumentado o reducido a consecuencia del efecto ético que, con el efecto económico y el efecto psicológico, son los tres efectos que produce todo acto humano. El efecto ético de los actos humanos, que es el que prioritáriamente nos interesa, consiste, en el cambio que tiene lugar en el interior del sujeto a consecuencia del acto. Y este efecto interno es mucho más importante que los que se producen en el exterior. Cualquier cosa que el hombre haga, aunque esta cosa no dañe a sus semejantes, es más aunque les produzca beneficios, si el acto ha sido éticamente incorrecto, el hombre se ha degradado, ha perdido su dignidad, y esta disminución del valor de persona, es mucho más importante que todo lo que el acto humano haya podido provocar exteriormente. Es posible que a consecuencia de esta actuación el sujeto tenga más pero valdrá menos, será menos hombre.
Existen empresas que nunca han puesto por escrito sus compromisos éticos y, sin embargo, son éticamente excelentes. Lo cual no quiere decir que no sea bueno que tanto las reglas de comportamiento, para materias y situaciones concretas, como el sistema de sanciones, se formulen, de alguna manera, por escrito; será sin duda una ayuda. Ahora bien, si hay un código, su formulación, su aplicación y, sobre todo, el comportamiento permanente de la empresa deben ser coherentes con el mensaje transmitido, pero no siempre es así, como como podemos ver en la película, si existen intereses económicos para la empresa a esta le dará igual violar sus códigos éticos. (El protagonista de “El Dilema”, faltó también en cierta manera a los códigos éticos de la empresa ya que aunque quería hacer un bien a la sociedad divulgando lo que pasaba, siguió su propia ética subjetivista que en este caso no vino respaldada por términos económicos y laborales).
La coherencia entre mensaje y comportamiento.
La coherencia entre el comportamiento de la dirección y su mensaje o código ético, en alguna ocasión puede resultar difícil. Supongamos que un directivo ha defraudado y robado a la empresa. La virtud de la justicia exige que se castige al directivo, incluso con el despido; pero el respeto a la fama ajena exige que se procure evitar el escándalo. La prudencia conducirá probablemente a proponer al directivo que presente su dimisión, si no acepta habrá que buscar la manera de explicar el despido para que no parezca injustificado al resto del personal, (o como en el caso de la película se le ofrece al ejecutivo despedido el salario durante un tiempo y el dinero de la pensión para su hija con asma).
La corrupción. Soborno y extorsión.
También tendríamos que hablar en la ética empresarial de la existencia de un ambiente corrupto. Cuando el entorno es propicio a la realización de prácticas corruptas y, mucho más cuando la corrupción se ha adueñado de la sociedad, el motivo para acudir a alguna de estas prácticas suele ser el deseo de obtener algún beneficio, pero también el de evitar algún quebranto. La “justificación” alegada para hacerlo, es que, en un ambiente corrupto, “no hay más remedio” que aceptar las “reglas del juego sucio”, si se quiere sacar adelante la empresa. Otros pretenden justificar el soborno diciendo que, en definitiva, no es más que una herramienta de marketing en un mercado en el que “todo el mundo hace lo que puede”. Finalmente los que extorsionan o reciben el soborno, dicen que se trata de compensaciones a los bajos sueldos, de gratificaciones inherentes al cargo o simplemente de una oprtunidad que sería ridículo desaprovechar. Como se ve, tanto el motivo como las justificaciones son de naturaleza económica; pero si las personas que integran la empresa pretenden ser éticas, las consideraciones económicas no pueden aislarse de las exigencias morales.
La respuesta a las tentaciones del ambiente corrupto constituye una de las pruebas clave para juzgar la moralidad de los que andan en el mundo de los negocios.
Hay situaciones muy lamentables en las que la corrupción está tan arraigada en el entorno empresarial que no es posible entrar en un negocio sin dar una “comisión” a las personas implicadas en las decisiones de compra o contratación y se sabe que todos los competidores lo hacen.
En cualquier caso, las reglas éticas referidas a la extorsión para obtener algo a lo que e tiene derecho son:
A- No se debe ceder a una extorsión, ni siquiera para obtener un derecho, si existen alternativas viables que permiten evitarlo. Antes de decidir hay que explorar la existencia de tales alternativas.
B- Comprobada la inviabilidad de otras alternativas, en algunas ciscunstancias extremas puede estar bien someterse a una extorsión explícita o tácita para obtener un derecho. Para ello se requiere:
1- Que la contraprestación de la extorsión sea un acto bueno o indiferente. En ninguna circunstancia puede ponerse en obra un acto intrínsecamente malo, por ejemplo matar a un enemigo del extorsionador.
2- Que no haya posibilidad práctica de cambiar la situación, para impedir la actuación del extorsionador.
3- Que realmente exista extorsión explícita, o al menos tácita. En este caso hay que tener pruebas razonables de que se trata de una situación generalizada en todo el sector.
4- Que se actúe con la recta intención de querer conseguir un legítimo derecho.
5- Que existan razones morales objetivas, proporcionadas a los efectos malos indirectos, ocasionados por la acción del extorsionador.
6- Que no se perjudique directamente a terceros.
7- Que se evite la inducción a otros a actuar mal, al conocer que la empresa da “comisiones” ilegítimas. Para ello conviene: primero, manifestar al extorsionador el desagrado de verse obligado a actuar así; segundo, explicar a los colaboradores y a las otras personas que puedan conocer el asunto, las razones de necesidad por las que se ha dado “comisión”, la repugnancia a este tipo de operaciones y la falta de alternativas viables; y tercero, ante la posible difusión del hecho, prever los medios de defensa a que se podrá recurrir para defender la honorabilidad de las personas involucradas en la operación.
La ética no es un ideal inasequible.
Se podrá pensar que todo lo que hemos dicho hasta ahora, sólo puede proponerse a un personaje ideal, ya que actuar de esta forma supone un nivel heroico de comportamiento ético que no es exigible en términos generales. No es así.
La ética realista no es un ideal teórico, porque una persona es ética cuando intenta vivir de acuerdo con el modelo descrito, aunque no siempre lo logre; mas, aunque este lejos de conseguirlo, si no abandona, sino que sigue luchando para aproximarse al modelo. Y esto es asequible a todos.
La lucha para el saneamiento del ambiente.
Los diectivos empresariales que quieran de verdad ser éticos no puden conformarse con resistir al entorno corrupto; deben luchar por cambiarlo (la empresa de la película hace casi lo contrario, ella se ve envuelta en ese entorno y se une a él sin intentar cambiar nada).
Una vez más se comprueba que, si la dimensión ética debe formar parte de la cultura empresarial, con no menos razón la eficiencia profesional debe ser un indispensable componente de la preocupación ética del empresario. El directivo de empresa que no se esfuerza por adquirir la excelencia profesionalm no es un directivo ético, por muy buenos sentimientos que piense tener.


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